lunes, 9 de marzo de 2009

El oficio de vivir






Coger un libro al azar, abrirlo al azar y leer al azar lo primero que se presenta a los ojos, es algo que algunos acostumbran y yo cultivo desde hace mucho, desde el tiempo aquel donde los diccionarios se presentaban en voluminosos tomos y era una tortura aprender el abecedario . A veces el azar te trae un libro regalado hace más de dos lustros y que, por suerte -¿azar?- tiene una página marcada, doblada en la esquina con esmerada ¿discreción?. Es casi tanto como buscar a Dios desde la convicción de su inexistencia. Y así, como a media voz, me llegó el texto tan sabido y a la vez olvidado.


"24 de Enero de 1938

El sentimental (= deformador de valores), llamado también soñador, empieza por creer que su ineptitud para las cosas prácticas es un despreciable precio que hay que pagar a la armonía preestablecida en comparación con los inefables consuelos y triunfos que encontrará en sus sueños.



Luego descubre que también el mundo de los sueños requiere una práctica, una astucia, tal como el otro. Pero sucede siempre que se da cuenta de ello cuando ya no es el momento de vencer a la inventerada ingenuidad. Y este es el verdadero precio que le toca pagar.

En el fondo , yo no busco en la vida más que las pruebas para darle con el cuero de la cabeza a los pies. ¿A quién? ¿A la vida?



Aprende de ella: siempre que le leo un pensamiento indiscutible y ofensivo, ella sonríe tolerante y no acepta la discusión. Es lo que hacen los astutos. Especialmente consigo mismos.



Habría que asombrarse si fuese diferente: se acumula, se acumala rabias, humillaciones, barbaridades, angustias, llantos, frenesíes, y al fin nos encontramos con un cáncer, una nefritis, una diabetes, una esclorosis que nos aquinila. Y "voilá".



Lo feo de las desgracias es que acostumbran a interpretar también las desgracias desde la indiferencia.




Tienen razón los idiotas, los locos, los duros de mollera, los violentos, todos -menos las personas razonables. ¿Qué otra cosa se hace en la historia sino inventar explicaciones razonables a las propias locuras? Que es como evocar nuevos locos que crearán un desconcierto total.


Hay que ser locos, no soñadores. Estar más acá del orden, no más allá-

Un loco puede todavía volverse cuerdo, pero la soñador no le queda más que apartarse de la tierra. El loco tiene enemigos. El soñador sólo se tiene a sí mismo. "

CESARE PAVESE: El oficio de vivir.


"El dolor es una cosa bestial y feroz, trivial y gratuita, natural como el aire. Es impalpable, no se deja agarrar y rehúye el combate; vive en el tiempo, es lo mismo que el tiempo; si se tiene sobresaltos y alaridos, los tiene sólo para dejar más indenfeso a quien sufre, en los instantes que seguirá, en los largos instantes que se saborea el instante pasado y se espera el siguiente"


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